jueves, 24 de diciembre de 2009

Te vas. Ismael Serrano

http://www.youtube.com/watch?v=C2-3xh4kEpc

...Y el corazón que sobre tu mesa yo puse
para cenar la noche en que nos dispusimos
a saltar de la mano al precipicio.
Y yo procuraré sonreir más a menudo
y acostarme a una hora prudente
Tú me enseñaste que afuera, siempre,
me esta esperando una nueva mañana
como aquella nuestra
radiante y soleada
Te vas...

viernes, 11 de diciembre de 2009

Las cosas que no nos dijimos....

" Creia que tu país sólo estaba hecho de grises, y alli todo era en color. Me llevaste ante la puerta del Atles museum. El edificio era un inmenso cuadrado, pero, cuando entramos, el espacio interior tenía la forma de una rotonda. Nunca había visto una arquitectura como esa, tan extraña, casi increible. Me condujiste al centro de esa rotonda y me hiciste dar una vuelta sobre mí misma; luego otra, cada vez más rápido, hasta sentir vértigo. Detuviste mi baile loco abrazándome y me dijiste:
Mira, esto es románticismo alemán, un círculo en medio de un cuadrado, para demostrar que todas las diferencias pueden anularse."

Marc Levy, "Las cosas que no nos dijimos"

domingo, 23 de agosto de 2009

sábado, 8 de agosto de 2009

Tardes de Sol


Y al fondo...la manta verde que es Doñana...

martes, 21 de julio de 2009

domingo, 7 de junio de 2009

Araña cangrejo

El elefante encadenado

EL ELEFANTE ENCADENADO
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los
circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me
llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enrome bestia hacia
despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su
actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba
sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavada a
una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un
minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y
aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal
capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad,
arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces?
¿Por qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía en la sabiduría de los
grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por
el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se
escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -Si está
amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna
respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la
estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se
habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte
para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca
parecida desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño
recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el
elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su
esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que
se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y
al que le seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal
aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y
poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO
PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia
que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a
cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba
su fuerza otra vez...